Y Cerraron sus Ojos...

Uff... hace unos días recupere una serie de cuentos, que para mi, estaban borrados. No fue así y ahora los leo y son basura. Me volví mi propia crítica, lo único que puedo decir es que rescaté este... Escrito hace muchos años, ya ni recuerdo cuando. Es algo melancólico, pero fue una etapa, superada por lo demás. Ahora escribo sobre flores, árboles y chinitas (broma).

Despacio. Lentamente fueron cayendo, con la suavidad de una pluma y la inseguridad que me caracteriza. Al fin concluyeron su camino de cansancio, se cerraron tranquilamente, sin porque, sin una razón.

Quisimos ser los mejores, ser perfectos, que los defectos no existieran en nosotros y que la vida fuese una rueda de felicidad. Algo parecido al paraíso, pero concientes. Nunca quise que mi sueño se despedazara, ni que el tuyo cayera junto con el mío. En realidad eso estaba lejos de ser mi intención. Pido perdón si te ofendí de algún modo con mis actos. La verdad me cuesta contenerme y no se bien si quiero seguir haciendo lo que estoy haciendo.

Siento que mi cerebro está siendo controlado por algo, o alguien, que no soy yo. Me siento usada. ¿Tu también? Seguro que estamos bien.

Has visto a alguna otra persona ¿Porque me miras con esa cara? Tus gestos me molestan. Esa mirada, es cómo que algo te estuviera incomodando. ¿Quieres que me vaya? Está bien. Me voy, pero cuando te sientas con ganas de hablar no me grites. Me volví sorda a tus palabras y ciega a tu persona. No me enojo con tus desdenes, pero no los comprendo todavía. Unos años juntos, y no te conozco. No se que es lo que piensas ni porque lo haces.

Cuando te miro no te reconozco, más cuando emites sonido comprendo nuevamente que en realidad sigues siendo tú, y no otro. No el imaginario, el que aparecía solamente en las noches, él que logro ser perfecto, el que no me esperó. El mismo personaje oculto en mi cabeza que nunca supo quien era yo, ese que con su perfección me rechazaba cada vez que estaba yo cerca y que me hacía llorar horas sentada en un rincón del pasillo.

El mismo fantasma repetitivo de mis ilusiones, el irreal. ¿Me hablas a mi? Es cierto, soy un alma despechada. Lloro por mis fracasos y por mis sueños rotos. ¿Es tan obvio mi resentimiento? Lo que pasa es que a veces no lo controlo y nace… brota nuevamente la obsesión que tanto me acecha. ¿Es maldad el querer a alguien con toda tu alma y que este no te corresponda?

Y cerraron sus ojos...