Historias de un Dul

Las palabras no me creo lo que dicen Mis palabras son el centro del misterio Las palabras nos explican lo que nunca entenderemos Si fue cierto, fue mentira o si al fin fue todo un sueño...

Sunday, October 09, 2005

ÑOÑERIAS


No tengo nada mejor que hacer. La verdad me gustaría hacer muchas cosas, pero tengo demasiado sueño. Creo que es una enfermedad. Por ahora, un saludo ñoño con una taza de leche "chocolatada" y un cigarro. ¿Estoy cambiando la adiccion al cafe por la leche? mmm...terrible. Mi vida es terrible...
terriblemente ñoña
Un Dul Añoñado

Saturday, October 08, 2005

Un Sueño Con Santiago a Mi Lado


Quien iba a pensar que en la ciudad antiguamente llamada “Santiago de nueva Extremadura” se iban a escuchar estas palabras: “Viviremos juntos, viviremos en paz”. Mi ciudad justifica sus frutos, es más que una capital sin pasado. Hace mucho tiempo que fue fundada y su historia se recuerda como si fuera ayer; el señor Pedro de valdivia sigue montado en su caballo en la intacta plaza de armas.

Con el avance del tiempo mi tierra ha progresado, hemos aprendido a vivir como se debe, con ecuanimidad. Los conflictos políticos los enterramos y están muy atrás, ahora somos uno y gobernamos en democracia.

Desde luego los años pasan, la gente muda de aires, pero al ver mi ciudad siento orgullo de lo poco que ha cambiado a pesar del recambio generacional. ¿Quién iba a pensar que en el 2030 íbamos a estar como estamos?

Puedo decir sin mentir que santiago no se compara con ninguna otra ciudad. Sus calles, sus colores, sus olores…sus micros y sus vendedores ambulantes. Si alguien me hubiera contado una historia como esta unos años atrás no lo hubiera creído. La ciudad evolucionó y con ella su gente sin haber cambiado externamente.

El lugar en el que vivo se convirtió en un centro de humildad y cariño, preocupación y bondad. Hubo un giro en los chilenos de 180º, vivimos tranquilos sin temor a que nos asalten al mediodía, vivimos en paz. Disfrutamos el día a día. No somos personas superficiales, ni discriminamos por la vestimenta del otro o por el sector en que viven.

Se que mi historia es poco creíble. ¿Una utopía me pregunto yo? No creo que tanto. Posible es, con el granito de arena de los 15 millones de personas que habitan en Chile se puede lograr. ¿Difícil? Si. Habrá que verlo en 25 años más.